jueves, 28 de diciembre de 2006

Una Intertextual (habitual y renglón por medio). es de Panchito, de una época en que nos comunicábamos así.


¿A qué debo el honor de que las alegres musas del or-

den y la belleza ecuánime, diosas excelsas del apolíneo can-

to dilatado, desaten su lengua para recordarme? No por mi

currículum, pues saben a pesar de mi tiempo en el espectá-

culo, que no es tan grande, intacto al lado del vuestro des-

collante y extenso, imagen del templo que el saber ha cons-

truido y mil veces penetrado, de muchas y extrañas formas

vuestro ardor poético.

Aunque, pensándolo y meditándolo bien, tal vez mi pe-

nitente amor por las letras, que allende el tiempo se mantie-

ne firme y erecto, los ha seducido, cosa obviamente natural

entre personas amantes de las Artes Bellas.

Querido Sergio: me impactó el calificativo “oloroso”,

y es así, debo reconocerlo muy a mi pesar, pero en realidad

a vos os debo, sinceramente, ese ineludible perfume a ca-

melias, a rosas, a orquídeas y zafiros, por qué no a albaha-

ca que me impregna cuando penetro en el jardín de tu co-

lorida poesía, lugar de duendes donde la imaginación vue-

la, allí donde abundan inusitadas las largas y olvidadas ver-

dades con que a tus lectores más fieles sorprendes y hala-

gas , recuerdos de vaya uno a saber cuántos visitantes

que han disfrutado de tu poesía.

Y a vos, dilecto Marcelo, os debo esa metáfora

musicalísima, eco de lejanos cantares órfico pitagóricos,

“ya no soplará más música...” , flatus vocis , flatus or-

gani, cual órgano soplando dulces notas en afinación Vallo-

ti, que con gusto haré resonar para vos. Me gustaría ca-

minar con vos: si me oyeras, sería gran manera de hala-

garme en tu presencia, para mostraros el sonido de mi co-

razón que vibra con la poesía y en sus notas se desve-

la como un violín afinado y sonoro, no como la tuba rota

de aquellos que no poseen la profunda y suave sensibilidad

que vuestra merced tiene, como todos sabemos, por el cu-

rioso don de la palabra. Este es amigo, pues, mi gran anhe-

lo, y que allí quedará esperando algún día salir a la luz

si llego a verlo personalmente.

No quiero olvidarme de Seba, quien estará más

ocupado que nosotros, pero leyendo los mails sin dudas y

turbándose con el contenido fino y delicado de estos poemas,

pergeñando ya una presta rima y, cual tierra prometida, miel

y leche derramando sobre el teclado de la PC de Quid. Un as-

cendente poeta, exquisito, de singular pluma y verbo magnífi-

co, verdaderamente, que dará que hablar a todo La Plata

y al país incluso.

Finalmente me despido, recordándoles que tengo

ganas de participar de vuestro círculo: cuéntenme pues como

un miembro firme, siempre dispuesto a complacerlos.

Con cariño...

Canis Calidus

PD: ¿hace falta recordarles que deben leer renglón por medio?

Un abrazo grande, y que se repitan los mails. Feliz día del amigo

1 comentario:

Unknown dijo...

jajajaj....Genial hijo de puta!